COPIA de la COPIA

El ojo estético del alumn@ va formándose al descubrir la obra de artistas, pero también al ver las copias que sus compañeros han hecho de escultores. Es la copia de la copia. La vitrina tiene esa función de contenedor de trabajos a la que los compañeros se asoman, para curiosear lo que se hace en el taller. La misma disposición de caja enorme, cerrada, con cristales, te obliga a acercarte, pararte y mirar. Mirar. Ahí puede comenzar un proceso.

Son muchos los artistas que a lo largo de la historia se han formado copiando de maestros y aprendiendo no solo las técnicas y los fundamentos artísticos, si no también disfrutando de la experiencia de reproducir lo que tenían delante, con respeto, concentrándose en esa actividad, en ese momento. Con el paso del tiempo, o simultáneamente, su cabeza volaría imaginando otras posibilidades y aportando su granito en nuevas creaciones.

En culturas como la japonesa copiar es una búsqueda de perfección. La trasmisión de conocimientos se ha centrado durante siglos en la copia e imitación desarrollada de forma creativa, con la aportación que cada uno imprimía al trabajo. En cada individuo residía y reside la originalidad, como ser único que es, y no en su obra. El colectivo posee la cultura inmaterial de tal manera, que, aunque desapareciera el objeto material, su estética y su memoria sobreviviría de generación en generación.

Nosotros vivimos en occidente, donde hay un culto al individuo -artista- único y a su obra muchas veces esclava de la originalidad. El Arte lleva décadas cuestionándose esto, pero aun así muchos alumnos se acercan a la práctica artística con creencias de no hacer “cosas” originales o artísticas. La propuesta que hacemos desde el taller de Arte Madera es colocarnos todos, incluidos los profesores, en el papel de aprendiz, que pertenece al colectivo de la clase, que mira y aprende, que pregunta y aprende, que copia a los grandes y aprende, que copia de la copia y aprende y que, en todo, pone un granito de su ser original. Y mientras todo esto acontece también hay espacios para enfrentarse a la creación, pero sin la presión del folio en blanco.